viernes, 15 de junio de 2007

MI ATRACO

Sábado como eso de las 11:30 de la mañana. Venía de la universidad Apec desde la avenida Máximo Gómez con 27 hasta la 17 casi Albert Thomas. Salía de un puesto de alquiler de video en el cual acababa de entregar un video que alquilé, un video de seso, (de esos que matan gente, le rajan la cabeza y le salen todos los sesos).


Caminaba placido por las aceras de la populosa 17 rumbo a la Albert Thomas. Nunca me percate de que EL, estaba al acecho, en un callejón, esperando cual fiera hambrienta la proximidad de su presa. Y yo, un inocente chico de barrio pobre, me dirigía como cordero al matadero.

Después de pasar por el callejón salió como Batman en pleno día y me agarró por detrás. Si, me agarró y dijo: “Dame la cartera y el celular, RAPIDO”, mientras no dejaba de ver a ambos lados como buscando a alguien y a la vez enseñándome algo plateado, que con el sol de las 12, cegaba mi vista: “UN MACHETE”.

Entonces entendí mi situación. Me estaban violando. (Estaban violando mi derecho de transitar libremente por la acera de la 17 y cogiéndose lo mío sin permiso, no sean mal pensados). En palabras sin ambigüedades, me estaban atracando.

En ese momento, mi rostro, se descompuso por completo, los nervios como soldados en el cerebro enviaron mensajes de alerta de pánico a mi sistema nervioso como diciendo: “te jodite, dale to lo que te pida o tu va a ve de que lao se le pone la mantequilla al pan”. En eso una voz de lamento salió de mis entrañas y traspasó difícilmente mi garganta y dije: “Montro dame un chance, déjame aunque se la cédula”. Y el agregó: “Coño dame la cartera y el celular, RAPIDO”. A lo cual me arme de valor pues estaba inmóvil de miedo y le entregué el celular y la cartera como buen soldado, digo, como buen atracado.

Después que EL se fue y me dejo en plena acera a merced de los observadores, que no hicieron mas nada que aglomerarse a ver el show, me sentí tan humillado y avergonzado por la impotencia que sentí al quedar inmóvil ante la presencia de el tigerito que me atracó el cual no debía tener mas de 15 años. Cuando se alejaba percate que lo que yo había visto como machete era solo un cuchillo de mesa bien afilado. Aún así, dama miedo y era peligroso.

Luego una señora mayor, como de 40 años se acercó a mi, me dirigió una mirada de pena, y con voz de intriga me preguntó: “¿Y fue que te atracan?”. Ahí fue que no soporte más y… de mis ojos salieron dos lagrimones y solo pude exclamar: "¡¡¡Diaaaaaaaaaaaaaaablo!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tamo igual que en Nueva YOL.. Ete pai se jodio....

Me da mucha pena pero es la triste realidad..